No es pene todo lo que reluce

Chicos, todas las mujeres os mentirán si os dicen que el tamaño no importa. Si os dicen: «cariño, con tu pene tengo suficiente porque me rellenas entera» y tú sabes que con el dedo meñique te puedes hacer una pajilla (y te sobra), te están mintiendo. Porque en el interior de su vagina están sonando los niños cantores de Viena del eco que produce la inexistencia de carne viril, y lo sabes.

Chicas, si un tio os dice: «ven acá pacá que te voy a meter la barra de salami que te va a salir triturado por la boca», mandadle a la mierda. Primero, por guarro. Segundo, por mentiroso.

Lo normal, según me han contado, es que los hombres con penes estratosféricamente enormes disimulen sus atributos. Más que nada porque no les gustan ser perseguidos por hembras ansiosas de carne de la buena y porque, en ocasiones, tenerla tan grande les supone un problema aún peor que no encontrar preservativos de su talla. Algunas mujeres tienen el chichi tan pequeño que con meterles un dedo ya se sienten satisfechas. Si, amiga, hay diferentes tamaños y formas de chichis: con los labios pequeños por fuera de los grandes; con los labios grandes extremadamente grandes, con el clítoris escondido, con el clítoris al aire, etc. Tantas vaginas como hembras pueblan la tierra, fíjate.  A lo que voy, tener un pene del tamaño de un vaso de tubo (buen tamaño, por cierto) y que la mujer tenga el chichi del tamaño de una canica implica un problema muy serio: No hay agujero para tanto chorizo (que se dice ahora en la jerga revolucionaria).

Pero también existe la posibilidad contraria. Es decir, pene diminuto y chichi extra grande. En esos momentos no sé quién se lo goza más porque ninguno de los dos siente la fricción necesaria en la práctica del coito. Es imposible que una chica alcance el orgasmo con eso, por llamarlo de alguna forma. Chicos, si tenéis la cola pequeña, de verdad, no vayáis de chulos, queda muy triste.

¿Qué hacemos entonces? Mi consejo: desistir de las maniobras y buscarse algo más afin a tus posibilidades. ¿Y eso cómo se hace? Palpando penes con la mano sería una posibilidad muy divertida. Pero existe un método empírico que acierta el 99,9% de las veces. Cuando conozcáis a un chico miradle las manos. Si tiene los dedos gorditos y medianamente largos es que su miembro va a ser una suerte de bazoca entre sus piernas. Si tiene los dedos delgados y largos os encontraréis con la temida cola lápiz que toda mujer intenta evitar a lo largo de su vida. También dicen que mujer con la frente grande tiene el chichi grande, pero eso lo dejo a vuestra comprobación, yo paso.

Sí chicos, con esto he conseguido que os miréis las manos y que miréis la frente de la chica que tenéis delante. Con un poco de suerte os daréis cuenta de vuestro tamaño real y dejaréis de fanfarronear con las medidas. Al fin y al cabo, no es pene todo lo que reluce. Eso sí, puedes visitar esta página para saber todo sobre el aumento del pene.

2 opiniones en “No es pene todo lo que reluce”

  1. Buenos días, Perdona que te escriba de forma pública pero no he encontrado otra forma de contactar contigo. Estuve leyendo tu blog y estoy muy interesado en contactar con vosotros. Me parece que la información es muy interesante y actual. Tenéis algún mail de contacto directo? Os dejo mi mail, moseofree@gmail.com espero poder conversar con vosotros. Un saludo,
    *Por favor si respondes a mi solicitud, indícame la URL de tu web para recordarte!!!

    Manuel.

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